Un caserío donde el tiempo transcurre lento
Para llegar a Uga se debe tomar la utopista LZ-2 desde Arrecife o Playa Blanca. Este pequeño caserío es el inicio de la ruta que se propone. Uga es un pequeño pueblo que dormita sereno a los pies de una caldera volcánica. La luz del sol ilumina las blancas casas típicas de Lanzarote; de cubierta plana y contras de ventanas y puertas de color verde. Una uniformidad cromática y arquitectónica que hacen de contrapunto al oscuro terreno volcánico sobre el que se asienta. Uga es un pueblito de postal, de esos que merecen una fotografía que intente captar toda la belleza que emana de su conjunto. No es de extrañar que la prestigiosa revista de viajes Condénast Traveler lo halla considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Bien merece ser este el punto de inicio de la ruta que espera al viajero: pasear por sus callejuelas, entre casas enjalbegadas y tomarse un refigerio en el Casa Gregorio, que mantiene el sabor añejo de los bares de pueblo y que cuenta con exquisitas tapas. Tras la parada en Uga, aguarda un paisaje agrícola de los más impresionantes: La Geria
Un paisaje agrícola único en el mundo
Desde Uga hay que tomar la carretera comarcal LZ-30 para acercarse a un paisaje construido con el esfuerzo del campesino lanzaroteño para arrancar de la lava la fertilidad que esconde en su interior. La Geria es la expresión de como la actividad humana interviene en el paisaje aportándole un valor añadido. Atravesando el oscuro terreno se encuentra una de las formas más peculiares de cultivo de la vid. En conos excavados en el terreno, y protegidos por muros de piedra seca en forma de media luna, crecen los viñedos que extraen del corazón de la tierra los sabores únicos del vino de malvasía lanzaroteño. El paisaje de la Geria es un espectáculo para la vista, un monumento al ingenio humano. Su importancia es tal que fue declarado Espacio Natural Protegido por el Gobierno de Canarias. En medio de este paisaje agrícola único se desperdigan bodegas como la de La Geria, espacio visitable y donde se pueden degustar y comprar los sabrosos malvasías. Con el regusto de la combinación de volcán y uva aún en la boca, la siguiente parada es un una obra del reconocido artista Cesar Manrique.
Una de las expresiones artísticas más reseñables del artista César Manrique
Saliendo del paisaje protegido de La Geria y a la vez siendo puerta de entrada al mismo el viajero encontrará una de las obras más emblemáticas para la cultura de Lanzarote, del afamado artista César Manrique. Nadie como él supo integrar la intervención estética en el paisaje de la isla y la Casa-Monumento al Campesino es muestra de ello. Se trata de un conjunto arquitectónico que aúna las características de la arquitectura tradicional lanzaroteña en sus diversas manifestaciones con la sensibilidad artística del autor. En ella encontramos rasgos de la arquitectura popular lanzaroteña fundidos en un mismo espacio: balconadas de madera, chimeneas, cubiertas de teja, el verde siempre presente de puertas y ventanas,... un tratado arquitectónico en tres dimensiones que es a la vez obra artística indiscutible. En su interior alberga una muestra de la vida agraria y campesina de la isla con muestras expositivas y diversos talleres de manifestaciones artesanas. Cuenta también con un restaurante en el que paladear los platos de la gastronomía local por lo que es buen lugar para tomarse un buen descanso y una mejor comida. Presidiendo el conjunto se encuentra la escultura Fecundidad, un canto de amor de Manrique al campesino isleño que supo extraer de la aridez del terreno el fértil fruto.
Hermosa playa con impresionantes vistas sobre la isla de La Graciosa
Tras la parada en el monumento Casa-Museo al campesino la ruta nos lleva a través de la carretera regional LZ- 401 a la playa de Famara, el lugar ideal para relajarse sobre un lecho de arena fina y rubia. Y es que después de tantos kilómetros de coche, qué mejor que refrescar los pies (y el resto del cuerpo) en las azules aguas de atlántico. En Famara se obtiene una de las mejores vistas de la isla de La Graciosa, pequeña y única isla habitada del Parque Natural Archipiélago Chinijo. La playa se extiende unos seis kilómetros a las faldas del imponente macizo del mismo nombre. Hay que tener cuidado con las corrientes, que se ha convertido en lugar idóneo para kiters y windsurfers por sus condiciones climatológicas. Tras el merecido descanso en esta playa semivirgen no se puede alejarse uno del lugar sin hacer una visita al pequeño pueblo pesquero de Caleta de Famara, de casitas blancas con ventanas y puertas azules. En sus terrazas se puede disfrutar de un café mientras el viento de los alisios lame la piel impregnada de salitre.
Siguiendo la carretera que lleva a Famara se llega al cruce de la autopista LZ-10 para tomar rumbo a a la histórica Villa de Teguise. La antigua capital de la isla posee un hermoso casco antiguo declarado Conjunto Arquitectónico Histórico-Artístico. Aquí la arquitectura tradicional tiene aires coloniales con influencias portuguesas y andaluzas. Estas quedan reflejadas en edificios con balcones de madera en las fachadas (siempre blancas) con bonitos patios interiores. Son típicos los tragaluces de sus casas. “La Villa” como se la conoce popularmente, esto es, el casco y núcleo urbano se ha mantenido prácticamente intacta desde el siglo XVII como si hubiera caido en un sueño profundo que la ha alejado del desarrollo urbanístico desaforado de otras zonas. Ahora despierta al siglo XXI para mostrar al visitante un trazado que lo retrotraerá a épocas pasadas como si de un escenario de película de tratara. La visita puede comenzar desde la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe cuyo entorno conforma un entramado urbano del máximo interés patrimonial como la conocida Casa Cansio. La plaza de la Constitución es otro de los puntos de visita pues es el centro social del pueblo, lugar de reunión y encuentro. Sería larga la lista de edificios de interés cultural e histórico con los que cuenta Teguise, por lo que, se recomienda pasear con tranquilidad por sus calles admirando esa belleza intacta de tiempos pretéritos. Pasear sin prisas, porque el tiempo es enemigo del disfrute de esta hermosa Villa.
La casa de César Manrique
Desde Teguise se enlaza con la autopista LZ-10 para llegar al último punto de esta ruta: Tahiche. Lugar de residencia de César Manrique, cuya casa se ha convertido en un museo en el que sumergirse en la vida y obra de este lanzaroteño universal. El Taro de Tahiche es a su vez sede de la Fundación César Manrique, encargada de mantener y proyectar el legado del artista. Se aprecian alrededor del pueblo las coladas de lavas de las erupciones más recientes de la isla que acontecieron entre 1730 y 1736. En Tahiche se erige el cráter que lleva su mismo nombre en el que poder apreciar los diferentes tonos que adquieren los materiales volcánicos según el momento del día. Es un pueblo que se ha ido rejuveneciendo poco a poco pero sin lugar a dudas lo que más destaca es la Casa-Museo de Manrique. El edificio se levanta sobre cinco burbujas volcánicas naturales y cuenta con un amplio espacio de terrazas y jardines. La planta superior se inspira en la arquitectura tradicional de Lanzarote a la que el polifacético artista añadió elementos modernos como amplios ventanales. La parte inferior son las cinco burbujas propiamente dichas conectadas entre sí por pasillos y en la zona exterior se encuentra un área de descanso con piscina incluida donde quizá César Manrique diera forma en su cabeza a las obras que le harían inmortal. Sin duda Tahiche es el lugar perfecto para acabar esta ruta, síntesis de modernidad y tradición, de belleza árida y esfuerzo campesino que han hecho de Lanzarote un destino turístico codiciado. ¡Buen viaje!
- Soha ne hagyjon semmilyen szemetet a környezetben, beleértve a cigarettacsikkeket is. Az élelmiszerhulladék hozzájárul a rágcsálók és a kóbor macskák elszaporodásához, amelyek komoly veszélyt jelentenek a vadon élő állatokra.
- Használja a szemetest, és lehetőség szerint az előre különválogatott szemetet a megfelelő szelektív hulladékgyűjtőbe dobja.
- A tengerbe ne dobjon tárgyakat, sem semmilyen más jellegű hulladékot.
- Tartsa tiszteletben az állatokat, ne zavarja, illetve ne etesse azokat. Ha sérült példányt lát, bejelentheti a 112-es segélyhívó telefonszámon. Ne tépjen le virágokat vagy növényeket.
- Ne szedjen fel vagy vigyen el köveket vagy bármilyen más elemet a természetből. Ne is módosítsa azok elhelyezkedését az által, hogy sajnálatos módon hírhedtté vált „kavicstornyokat” épít belőlük.
- A természetben és kilátópontoknál ne térjen le a kirándulóútvonalról, és ne hagyja el a kirándulók áthaladására kijelölt területet.
- Tartsa tiszteletben a hely történelmi és kulturális örökségét, valamint a közterületi berendezéseket és a látogatók számára rendelkezésre álló elemeket, mint az információs táblák vagy teleszkópok és távcsövek.
- Megfontoltan és felelős módon vezessen.